Cuenco de barro

Un mate, eso empieza tipo a las 6. Un mate de campo. Entonces hay que tomarlo en el balcon, mirando lejos... las tonadas de verde, hay arbores que no hay en su tierra charrua.

Hablamos casi nada, porque se empieza así, diciendo bueno, dando espacio, aí se escucha el agua cayendo en el hueco del cuenco... Y la luz toca el barro curvado.

 La ceramica en las manos, solo de tenerla puede aquietarte.

El vacío es parte de las dos, no se apresura la palabra.. uno puede decir lo justo para esa inquietud que intenta galopear, ese bosque, ese aire. Todo más puro que tomado.. y decimos otra vez..bueno...

Tardamos, es la manera. Honrar la hierba..

Ella me habla "es así, duele"...la sonrisa y sus ojos son familiares, vieja caminante.. sabe de silencios. Y no te deja ir, te va llevando a eso que es corazón. "No me jodas."

Es así que Latinoamerica sucede. Lo que es mujer vivida...lo que es tuyo mismo.

Ella dice que hay que decir y sé por donde va... Mientras duela todo. Entonces ella empieza...es más sábia...

- bueno... es que hay algo pasando en las deciones.

- si

- Uno decide algo, uno vive algo, tiene una memória suya - ella pausa para tragar el mate y sigue - Pero entonces viene una persona que se mete a sacarte el poder. Te digo de otra manera.

Acompañé sus ojos se encender. Ella iba a las rocas, a las ramas... ah... ese viejo ritual indio.

- yo tenia un novio a los 17, y él tenia 24, yo trabajaba desde los 14. Era una adulta. Me sentia una adulta. Hace unos años vino una persona, vino a decir que en mi pasado yo había sido eso y aquello..resumindo, una vítima. Le miré firme  a la mujer y le dije.  NO, conmigo no me vengas con eso. Andá, andá, no te metas con mis memorias afectivas. Son mías, el poder es mio y no me las va a quitar poniendo tus pensamientos arriba. Y la tipa nunca más volvió a molestarme.

Y así ya el fuego de la mañana agarró fuerza. La palabra rural hará su trabajo, alguien hablará un día sobre poder de la tierra... hay mujeres metiendose en vida de otras, sacando poder de otras, traumando lo que era coraje, afecto y sencillez.

Le dije

- Nadie hoy quiere arcar con las consecuencias de sus elecciones... Nada más aniquilador para una mujer que entregar su poder. 

Tardamos un rato a encontrar la manera de eso salir de adentro, pero salió. Fue la ceramica...fue la gracia de su mirada, el mate, el fuego antiguo que insiste en rescatarnos...